domingo, marzo 26, 2006

El nacionalista absurdo

Hace un par de días tuve oportunidad de ir a cubrir la presentación del concurso Miss y Míster Nació Catalana que una empresa privada organizará en mayo. Según cuentan los organizadores varios certámenes internacionales han aceptado ya la presencia del ganador y la ganadora catalanes.
Allí fui yo a presenciar un espéctaculo esperpético. Uno de esos actos que informativamente no valen un duro pero que son ideales para un reportaje. En la rueda de prensa había cuatro periodistas: dos del tomate, uno de ABC y yo. Esto dice mucho ya del relieve del acontecimiento.
El guateque tenía lugar en el lujoso Hotel Ritz barcelonés y en la mesa había champán sin descorchar. 5 caras visibles. Los dos organizadores, la autora del himno del certamen, la organizadora del mismo concurso pero para la Cataluña francesa y el teniente-alcalde de ERC de la localidad donde tendrá lugar el evento.
Apenas se desgañitaron en sermones. Habló, sobre todo, la francesa. Y lo hizo dando unas patadas feroces al castellano que tenía escrito en un papel sobre el sentimiento de proximidad entre las dos Cataluñas. Dijo que el catalán hay que preservarlo y sonrió para pronunciar en amago de esta lengua un buenas tardas. Alguien le debería haber comentado antes que eran las 12 de la mañana y que buenas tardas ni siquiera es castellano antiguo. Pero bueno, ella era muy mona. Era un concurso de belleza catalán. Se les olvidó lo segundo, poco importa.
Y mira tú, pronto nos fuimos al champán. Y la foto. Eso sí, la foto de los cinco magníficos unidos por Cataluña. Diez minutos para dos fotógrafos. Porque más gente no había. Qué poca chicha. Vamos a ver que nos cuentan. Con la copa del espumoso en las manos ya los metrosexuales de la catalanidad sacan la lengua. "Llevábamos tiempo con la idea pero es ahora con la aprobación del término nación en el Estatut cuando nos hemos decidido", dice uno de los organizadores. Qué bien, qué valiente! Oye y por qué? "Tenemos potencial para competir por nosotros mismos y además defenderemos la cultura y la lengua catalana" Y dónde está la lengua en la belleza? "Todas nuestras candidatas hablarán catalán perfectamente" Qué interesante. Y qué pasará con el resto de España, te preocupa que pueda haber un efecto dominó? "Yo pienso como catalán y el resto me da igual" Ahá, vale, me voy donde tu compañero a ver que me cuenta. Hasta luego chato. Por qué hacéis esto? "Mira en Cataluña tenemos de todo, mares, ríos, montes... Todo el mundo conoce Barcelona. Te vas a Nueva York y nos conocen. No necesitamos nada de nadie" Y España qué supone para ti? "España es un país fronterizo como Italia o Francia" No, si ya sabía que estaba cerca. Gracias por la información de todas formas. Oye, te dejo que voy donde vuestra cantante a ver si me da una exclusiva de su canto. Qué supone esto para ti? "Para mí es una gran oportunidad de cantar en catalán y de poder animar a unas cuantas chicas a realizar su sueño" Ah, no sabía que antes no podían presentarse las catalanas a los concursos. "No, si sí que podían, pero salíamos muy perjudicadas porque por ejemplo, el año pasado la primera y segunda de España eran catalanas y yo creo que tenemos un tesoro que hay que aprovechar". Entiendo. Por cierto, cómo se llamará la canción? "Ara és el moment" Bueno mejor lo dejamos para otro momento, vale? Marcho a ver si puedo preguntarle una cosilla al teniente-alcalde. Que te vaya bonito chata. El único que desentona entre la cámara del tomate y los metrosexuales jocosos es un político bajito, menudo, de ojos encogidos y gafas de colegio. Escolta company, no piensas que todo esto tiene una cierta connotación política? "Ninguna". Y yo que me creía que sí. Que engañado que estoy.

domingo, marzo 19, 2006

Sociedad aletargada

El periodista y escritor austriaco Erick Hackl escribía este fin de semana en el diario Die Presse una interesante reflexión acerca de las secuelas que todavía quedan de la Guerra Civil en la sociedad espanyola y su comparación con el caso austriaco. El artículo está escrito desde un gran conocimiento de nuestra cultura por parte de una persona que a lo largo de su vida ha disfrutado de numerosas estancias tanto en Espanya como en Latinoamérica. Una idea me ha parecido especialmente lúcida, irrevocable y al mismo tiempo inquietante y posible objeto de debate. Me encanta además comprobar que las miradas que vienen de fuera son normalmente las más limpias, cuando experimentadas. Este es el extracto de la idea:

"Por qué ya no es la izquierda quien sostiene sus exigencias en la calle? Se ha normalizado el país o ha dado un giro político radical? Se puede decir que la clase dominante ve sus priviliegios seriamente amenazados o simplemente no quieren permitir que se llegue tan lejos? Se parecen sus manifestaciones a las movilizaciones de la alianza de ciudadanía, Iglesia y ejército que hace 70 anyos había conspirado contra la República? (...)"

Antes de las pasadas elecciones en las que el PSOE consiguió imponerse contra pronóstico al PP, la sociedad espanyola, y especialmente aquellos ciudadanos que se circunscribían desde el centro a la izquierda del espectro político, salía asiduamente a las calles para protestar contra las con frecuencia poco democráticas decisiones de un Gobierno del PP que en su segunda legislatura había dado un pronunciado giro hacia la derecha.

Dos anyos de Gobierno socialista y aquí ya no se moviliza nadie que no sea el PP o asociaciones de derechas. Alguna vez se ha visto a los nacionalistas pero siempre con intereses muy particulares. Será que estamos en un letargo? Zapatero ya no levanta tantas pasiones pero la audiencia se puede dar por satisfecha. Cuando llegue el momento de criticar la sustancia de sus actuaciones se hará pero es que hasta ahora lo más criticable sin lugar a dudas es el papel del principal partido de la oposición. Los populares vienen protagonizando desde hace meses un espectáculo lamentable en el que se han perdido el respeto y las maneras hacia todo adaversario político pero en especial hacia el Presidente del Gobierno y el resto de los integrantes del Ejecutivo.

El PP ha auspiciado el odio hacia Catalunya, la discriminación de los homosexuales y se ha entrometido en la política antiterrorista, por citar unos pocos ejemplos de entre un amplio abanico. Y todo acompanyado de multitudinarias congregaciones en las que el insulto ha sido siempre un invitado de preferencia. La crispación y la tensión son por desgracia el estado habitual del país. Nos merecemos un partido tan destructivo? Creo que no. Creo que el principal partido de la oposición debe hacer como es natural oposición, pero intentando encontrar la crítica constructiva. En Espanya parece que de momento no es posible. Por eso, deberíamos empezar a pensar en despertarnos del letargo en el que nos encontramos y movilizarnos también.

martes, marzo 07, 2006

La sonrisa de la ira

Cuenta una historia que había un niño que no sabía reír. Había intentado, en diversas ocasiones, esbozar una sonrisa, pero se lo habían impedido con caras grises y miradas agrias. El niño no comprendía el porqué de tanta contención. A su corta edad le parecía que una risotada no haría daño a nadie. Pero se equivocaba demasiado. En la ciudad un ejército de almas se encargaba de suprimir cualquier alegría por inocente que fuera.

La sustancia del conflicto tuvo su comienzo cuando el general sinvergüenza decidió una noche de brisa cálida de desierto que la risa podría incitar a las multitudes a rebelarse contra los propósitos divinos del pueblo. Se colocó la hebilla del cinturón de oro con cabeza de serpiente, y prohibió la risa. Al principio prohibió solamente aquellas carcajadas ofensivas en las que ríen todos y uno asume sus vergüenzas tragándose por momentos su propio hígado.

Esta fue una decisión que los más grises de la ciudad aplaudieron con una cara taciturna bastante cálida, mientras que los más cálidos del lugar agrisaron su rostro de manera inaudita y dibujaron un gesto muy acorde a la legalidad. Pero como las sonrisas infantiles y el resto de atrevimientos jocosos seguían impunes muchos ciudadanos buscaron en ellas una vía de escape para burlar la incorrección.

Esto desconcertaba al ejército de almas porque dejaron de saber dónde estaban los límites de la permisividad y se les ponía más cara de vinagre de la que ya tenían cuando un ciudadano jota les venía por los cerros de oriente diciendo que él no estaba ofendiendo a nadie porque el ciudadano zeta asumía la diversión de la risa. El general sinvergüenza se enfureció con este tipo de osadías que calificó de blasfemias de corazón y esencia por lo que, al cabo de unas noches en las que su cara gris se tornaba muy negra, tomó la irreversible decisión de suprimir, vía decreto, toda posible intención de modificar la conducta gris de la ciudadanía.

Estableció penas muy duras contra aquellos descarriados y pronto las cárceles se llenaron de una horda de payasos vitalicios que no pudieron desaprender el camino de la risa, que es el que les había mantenido vivos durante tantos años. Ver las cárceles sin plazas hizo pensar a los ciudadanos en lo peor cuando lo peor ya estaba en marcha. Fue como hacer un curso intensivo de tristeza y malhumor porque estos eran los únicos gestos faciales exentos de culpabilidad. Y así, bajo la batuta del general sinvergüenza, se fueron consolidando generaciones de ausentes emocionales.

De hecho, con el tiempo los propios ciudadanos asumieron su obligación de censores, por lo que el ejército de almas dejó de tener un papel activo. El general estaba muy satisfecho con sus paisanos e incluso se permitió el esfuerzo de regalarles a todos un traje, y lo comunicó con una carta que era igual para todos los ciudadanos. Como el traje. Era una vestimenta de color gris que hacía buen conjunto con la cara de sus portadores. Los ciudadanos agradecieron la ofrenda, pero muchos pensaron que bastante tenían ya con cargar con su vinagre facial, así que prefirieron seguir vistiendo sus prendas de colores cálidos. Pero esto le sentó muy mal al general sinvergüenza, fue como una patada en pleno vientre. Se volvió a enfurecer y dictó otro decreto con normas de indumentaria.

Cierto día llegó al lugar un extranjero muy cálido que hacía fotos a todo lo que veía. Era el primer extranjero que se divisaba por aquellas tierras desde tiempos anteriores al sánscrito, así que todo el mundo le miraba con desconfianza. Hete aquí que el extranjero se encontró con el niño y le invitó a pelar naranjas mientras le comentaba jocosamente lo raro que encontraba que toda la gente cargase con unos rostros tan pesados. Las leyes del general no impedían que los foráneos pudiesen dibujar miradas brillantes y vestir alegres colores, así que poco se podía hacer con aquel descarriado que no dejaba de hacer fotos. El niño enseguida le cogió confianza y cada tarde acudía donde él con naranjas para pelarlas. Lo hacían sobre todo al anochecer cuando una naranja más grande se iba a dormir.

Al cabo de unas cuantas naranjas peladas y alguna que otra conversación, el extranjero le hizo un dibujo de un niño riendo, le dio dos besos, uno por moflete, y se despidió de él porque tenía que marchar muy lejos, decía. El niño miró el dibujo y lo encontró bonito pero extraño. Se parecía muchísimo a él, aunque no era él por un pequeño detalle. Se pasó tardes de naranjas peladas observándolo hasta que un día el ejército de almas le sorprendió bajo un palmeral.
El hallazgo fue comunicado inmediatamente al general sinvergüenza, a quien se le dijo que el niño había intentado reír, que no lo había conseguido todavía pero que faltaría poco para que fuera así. El general se puso nervioso, y, tras colocarse como de costumbre la hebilla de oro del cinturón con cabeza de serpiente, mandó convocar manifestaciones multitudinarias y destruir el dibujo. Minutos después los más grises de la ciudad protestaban al unísono con las caras más agrias que se recuerdan por el lugar contra el dibujo del niño. El general suprimió todo contacto con el exterior y el niño siguió sin reír.