viernes, septiembre 22, 2006

Extravagante no existe

-Somos de izquierdas alternativos, vegetarianos, reciclamos todo lo que se pueda reciclar y si no se puede, también intentamos reciclarlo. Nos gusta hablar, sobre todo discutir. La habitación no está amueblada.

-En realidad estamos buscando una chica… o un homosexual, ¿eres homosexual?

-Bueno, sí, el piso es grande. 260 metros cuadrados para ocho personas es suficiente. En este edificio casi todos los pisos son de estudiantes así que suele haber ruido. ¡Ah! Y tenemos nuestro pequeño bosque…

-Aquí cada uno se compra lo suyo. ¿Sal y papel higiénico también? Bueno… sí. Pero también hacemos cosas juntos. A veces.

-Vivimos en esta WG desde hace dos años, somos cinco: Katrin (37) y sus dos hijas y Jonathan (27), un checo que trabaja de taxista. Buscamos una persona agradable: si eres machista, racista o guarro abstente.

-Somos seis chicos estudiantes entre 20 y 26 que buscamos otro chico. Si te gusta el fútbol y la cerveza esta es tu WG.

-Por favor sólo lesbianas y veganos. Tenemos cuatro gatos.


Si te preguntan que describas al berlinés nunca encontrarías la palabra adecuada porque tal vez no exista. En realidad, abres una puerta diferente en cada casa y la escalera caracolea en direcciones aleatorias. Se le dice cosmopolita y aquí alcanza un extraño grado superlativo. Las explicaciones sobran. Abre los ojos, no sólo estás tú en el mundo, ¿o qué te habías creído?
28 años de acero dan para mucho y la distancia temporal entre una y otra parte de la ciudad aún se siente a pesar de que el tráfico ciudadano sea constante. Una ciudad caótica huérfana de centro urbano, con acusados síntomas de bipolaridad, con espacios vírgenes al lado de las últimas obras arquitectónicas del momento. Solares inexplotables porque de espacio ya van sobrados. Apenas tres millones y medio de habitantes en una extensión mayor que Mallorca.
Berlín es quizá la capital europea más barata. Al menos en lo que respecta a los precios de alquiler de viviendas. Pisos enormes a lo ancho y a lo alto, edificios bonitos de historia postbélica, de cuando las construcciones se hacían pensando en la vida y no los hormigueros que se estilan ahora. Hay colmenas de tres y cuatro bloques con interminables patios interiores y la luz tiene un precio especial en un país de frío duradero. Se prohíben las habitaciones cubo –muy barcelonesas por cierto- y punto.
Los barrios se ponen de moda cuando el estudiante hace un guiño y apuesta a carta ganadora. Ahora se ve que hay una transición. Friedrichshain pierde peso. Aumenta el número de WG’s en el turco Neukölln. Sobran dönner kebaps y hacen falta más Kneipes para que así sea.
Y el bosque es frondoso. Muchos árboles dan buena sombra. Sólo hay que encontrar el adecuado. Habrá que ir pensando en bajar de las ramas. Stop


[ya tengo una bicicleta, me costó 45 euros y de momento hago buenas piernas hasta que el frío me las congele / tuve mala suerte con la agencia de comunicación, discusiones y embrollos, algunos se pensaban que a mis 23 sólo podía hacer fotocopias y he cerrado este capítulo / ahora el camino se vuelve sinuoso pero nadie dijo que los retos fueran fáciles / he visitado ya unos cuantos pisos pero casi ninguno me ha convencido del todo. Conclusión: soy demasiado exigente y hay que bajar el listón / saludos improvisados]

viernes, septiembre 15, 2006

A corazón abierto os lo digo

Berlín no es sólo una B grande. Es también cinco letras más muy conjuntadas, en perfecta sintonía. Con su punto hortera y su caos, su alcoholismo en las esquinas, con sus barrios más turcos que alemanes o sus punks emigrados de Alexanderplatz ahora que las excavadoras han ocupado su lugar. Berlín no es sólo un desastre. Es uno de los desastres más interesantes que existen. Una ciudad a corazón abierto, de impresiones y expresiones. Cada uno con las suyas, todos con las de todos. Barreras las justas, algún que otro energúmeno que se equivocó de lugar y muchos enamorados de los pequeños placeres, aquellos más olvidados. Pues aquí estoy yo. Y vengo de resaca de B’s que se ve que es lo que más me gusta. Es el resto de la letra lo que me engancha y me ha atraído en cuanto he soltado peso. Pesos ya ninguno y ganas muy locas. Cada vez más jóvenes. Nos iremos viendo en capítulos venideros. Stop

[llevo cuatro días en la ciudad que me picó durante el erasmus/ conseguí una beca Leonardo para trabajar en una agencia de comunicación en español durante seis meses como profesor y traductor/ de momento ocupo una habitación del bonito piso de unos viejos amigos en el barrio de Neukölln/ busco una WG –dícese de los pisos compartidos en Alemania- agradable y divertida donde comenzar esta segunda etapa/ el metro es muy caro cuando ya no eres estudiante, necesito bicicleta ya!!/ el invierno todavía está lejos o eso me hacen creer los días de luz/ se aceptan pagos de amistad con visitas/ saludos improvisados]