sábado, diciembre 01, 2012

La fuga continúa


Cuando en un frío febrero de 2008 comencé mi andadura en el sur de Asia desde la corresponsalía de la Agencia Efe en Pakistán, al otro lado de la frontera, en Nueva Delhi, un compañero que ya se había granjeado alguna cana en la región me propuso un curioso desafío. "Lo primero que tienes que intentar es conseguir el contacto de Baitulá Mehsud, luego el del mulá Omar, y finalmente, si puedes, el de Osama bin Laden", me dijo sin titubear y con tal convicción que en mi inocente inexperiencia creí que hablaba en serio. Dos de esos diablos barbudos se han esfumado en estos años y del paradero del líder tuerto de los talibanes afganos poco se sabe desde hace más de una década. No hace falta decir que fracasé en el cumplimiento del mencionado objetivo como tantas otras veces.

La misión me la encomendó Diego Agúndez, un fantástico periodista cacereño que esta semana nos ha dejado tras más de seis años juntando letras desde una de las zonas más apasionantes del planeta. A Diego, Agúndez o daa, siglas con las que firmó las más de 6.000 noticias que escribió o editó durante este tiempo, le encantaba llevarnos la contraria en los habituales envites dialécticos de la oficina, tenía un desternillante humor del absurdo y su ambición intelectual hizo de él un gran aliado para descifrar algunas de las claves de este gigantesco subcontinente. A sus espaldas deja más de tres centenares de urgentes y avances informativos, que en cada envío han consumido un poquito de su adrenalina, y coberturas de acontecimientos como la muerte de la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto, las farsas electorales afganas, la caída de la monarquía en Nepal y el posterior proceso de paz, el fin de la guerra en Sri Lanka o los atentados de Bombay.


Muchas de las noticias que redactó fueron seguramente dramas e incidentes violentos propios de una región cambiante, que ha tenido años muy convulsos y que pese a mirar al futuro de frente encara desafíos mayúsculos y de complicada solución. Sin embargo, quienes conocemos a Agúndez nos quedamos con esas otras informaciones que escribió y que puede que no abrieran portadas pero ayudaron a entender mejor la India, ya fuera desde la perspectiva de la casta, la tradición social o el hábito cultural. Así, su pluma nos deja titulares como "La vaca-cola, orín de vaca para aguzar la mente o combatir la indigestión", "Cazagurús contra la superchería en la India" o "Candidato a presidente después de 'muerto'". Crónicas y reportajes que a buen seguro arrancaron más de una sonrisa en el lector.

 La marcha de Diego, al igual que la del compañero Agus meses atrás, es una de esas injusticias que suceden hoy con tanta frecuencia en Efe y en el periodismo, un oficio abocado por la crisis y la deficiente gestión a una lenta sangría de cerebros que está mermando tanto su calidad que puede que acabe convirtiéndose en un bien prescindible. Su destino ahora está en Bruselas, donde pronto se incorporará a un trabajo irrenunciable. A buen seguro le volveremos a ver pronto de visita en la India, de la que, quizás metafóricamente, se despidió ayer con el obituario de un ex primer ministro indio que trabajó a contracorriente por acercar posturas irreconciliables entre pueblos.

¡Suerte compañero! Te echaremos de menos.


Fotos (los montajes son obra del compañero Pau):

1) Once titular del Cacereño en su participación en la Liga Comunio del sur de Asia: Hazare, Manmohan (portero), Agúndez (capitán), Haqqani, Karzai, Bachchan, Obama, Zardari, Ramdev, Patil y Guilani.

2) "Los terroristas iban vestidos como en la Guerra de las Galaxias". Que la fuerza nos acompañe. (Declaraciones del ministro paquistaní de Interior, Rehman Malik, tras un atentado).

3) Compañeros de la oficina de Efe en el sur de Asia: Alberto, Moncho, Atul, Igor y Pau.