domingo, noviembre 16, 2008

Especias en el paladar


“¿Te gusta la comida paquistaní?” Me incomoda esta pregunta tan habitual porque siempre tengo que mentir por cortesía y decir que sí. Pero la verdad es que no me fascina, creo que hay muchas cocinas mejores y, desde luego, mucho más desarrolladas, sofisticadas y capaces de aprovechar mejor los productos locales. Soy de tierra de buen comer y no me conformo tan fácilmente con unas simples samosas, que además de grasientas son abono gratuito a una semana en el baño. El picante lo tolero hasta un determinado punto, que desde luego está lejos de la media de este país. Pero soy curioso y me gusta probar cosas nuevas. Esto en un país tercermundista y con importantes carencias de higiene es como tirarse desde un avión sin paracaídas. Los retortijones estomacales son compañeros de viaje en esta aventura que me ha tocado vivir. Debo reconocer que la cocina nacional tiene platos divertidos y deliciosos, pero no evita que una de mis principales morriñas, sea la culinaria.
Foto (IGB): Especias en un mercado de Islamabad. A los paquistaníes les gusta atiborrar sus platos de todo tipo de especias. El perejil de Arguiñano se convierte en los programas de televisión locales en una sarta infinita de aderezos.

El rey paquistaní del tango


Zulfikar es un paquistaní que ha tenido la valentía de montar una escuela de tango en un país donde pocos se atreverían a fomentar unos bailes tan pegaditos. Hace unos años fue a Argentina para escalar la montaña del Aconcagua y se enganchó de la música y del movimiento del dos por cuatro. En sus clases gratuitas, pues el no se considera ningún profesor y confiesa que aún tiene mucho que aprender, los paquistaníes son mayoría, aunque también hay algún extranjero. Este fin de semana ha organizado un taller intensivo. Mi más sincera enhorabuena por el empeño por llevar a este país a la normalidad, que es donde algún día debería estar. Hace unos meses escribí una crónica con su historia (enlace).
A la izquierda de la imagen aparece Zulfikar marcándose unos pasos con una compañera de baile en una de sus clases en Islamabad (Foto: IGB, Efe)

martes, noviembre 11, 2008

La visita del trotamundos


Estos días ha estado por Islamabad el payaso asturiano Álvaro Neil, más conocido como el "bici-clown", pues lleva casi cinco años recorriendo el mundo en bicicleta y dibujando sonrisas allí donde va.
Antes de empezar con esta aventura, ya calentó en Suramérica... "La depresión es la peor enfermedad de este siglo. Tenemos que vivir el día a día más intensamente, pensamos demasiado en el futuro y el futuro mata el presente", me comentaba, para asegurar que "ahora" su vida "es plena", algo que no era así antes, cuando trabajaba en una notaría y tenía una vida cómoda y parecida a la de la mayor parte de los mortales.
Para mí ha sido todo un placer conocer al bici-clown.
En la localidad de Rawalpindi, vecina a Islamabad, Álvaro nos regaló este show, un auténtico disfrute. Ver artículo