lunes, febrero 02, 2009

El tercer sexo de Pakistán


En Pakistán, al igual que en otros países del sur de Asia, existe una ancestral comunidad conocida como los “hijra” o “khusra”. Son desde transexuales hasta travestidos, pasando por gente que nace con malformaciones genéticas o que decide castrarse.
La tradición dice que durante el Imperio Mogol custodiaban los harenes de los emperadores.
En una sociedad tan conservadora como la paquistaní en la actualidad, los “hijra” hacen frente a muchas discriminaciones y aislamiento. No obstante, se las puede encontrar con frecuencia en los núcleos urbanos manifestando un comportamiento llamativo y provocativo. Generalmente, malviven.
Para ganarse la vida, mendigan en los semáforos o en los bazares, donde mucha gente les obsequia en unas monedas que vienen acompañadas del temor de una leyenda que clama que pueden echar mal de ojo.
También actúan en bautizos y bodas ante invitados que no pueden costearse “verdaderas” bailarinas y, finalmente, muchas acaban terminando en el mundo de la prostitución, donde se convierten en blanco fácil de las enfermedades venéreas como el sida.
Es fácil verlas en grupo y las “hijra” mayores suelen convertirse en gurús de las jóvenes.
En la foto, aparece Miss Bobby –a quien peinan-, una popular transexual de Rawalpindi, ciudad cercana a Islamabad, a la que conocí recientemente en su residencia de paredes de intensos ocres y morados, techo acristalado y numerosos cuadros de legendarias bailarinas islámicas como Anarkali.
A los 17 años abandonó su hogar, rompió toda relación con la familia, y salió hacia delante gracias a actuaciones de baile.
“Afrontamos muchos problemas. Pero todo es posible en Pakistán de manera oculta”, me dijo optimista.

Foto: IGB, Efe