viernes, enero 25, 2008

Expertos alemanes ven un futuro de “gran inestabilidad” en Pakistán pero restan trascendencia a los peligros para los informadores
El periodista vasco Igortxu, que se desplazará el 9 de febrero a Islamabad para comenzar una nueva etapa profesional, ha recurrido a un previo asesoramiento
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BERLÍN.- Ante su inminente marcha a Pakistán el 9 de febrero, el periodista vasco Igortxu ha decidido encontrarse con algunos expertos en la región para asesorarse en la medida de lo posible antes de pisar territorio desconocido. Igor, que reside desde hace casi dos años en Berlín, departió el martes con el profesor universitario alemán Michael Pohly, quien desde los años setenta va a menudo a Afganistán para desarrollar investigaciones. A pesar de estar especializado en el país vecino, Pohly ha pasado largas temporadas en Pakistán también, sobre todo en la zona fronteriza entre ambos países.
“Pakistán es el país que más posibilidades de estallar tiene en estos momentos”, le explicó el profesor al periodista, quien no esperaba una afirmación tan contundente y en los momentos iniciales no pudo disimular su decepción. Desde su fundación, Pakistán, el país de “la bomba islámica”, ha atravesado un rosario de problemas, entre los que se pueden destacar su sangrienta división consumada en la creación de Bangladesh en 1971 o el sempiterno conflicto con la vecina India por la soberanía de Cachemira. Desde el 11 de septiembre de 2001 se ha abierto otro frente. La decisión del país presidido por el general Pervez Musharraf de colaborar firmemente en la lucha contra el terrorismo impulsada por EE.UU. ha creado malestar en el seno de grupos radicales islamistas. Eso sumado a la política de tolerancia a los talibanes de años atrás ha favorecido la consolidación de hormigueros de terroristas suicidas que ahora se vuelven en contra de los intereses del Gobierno. Es especialmente en la zona fronteriza con Afganistán donde los enfrentamientos entre el Ejército paquistaní y estos grupos se hacen más patentes.
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Zonas peligrosas
A este respecto Pohly aconsejó al periodista: “A las No go areas no se debería ir si no se conoce a nadie, si no se sabe adónde y a quién se va”. “De todas formas hoy día no te lo van a permitir”, matizó, como queriendo poner tierra de por medio a un deseo inexistente en el exhortado. El profesor ha penetrado casi todos los territorios considerados peligrosos en la actualidad, pero siempre acompañado de gente de la zona. Además se jacta de que en dos ocasiones, mientras estaba en Afganistán, incluso supo dónde se ocultaba el terrorista internacionalmente buscado Osama Bin Laden.
Para alguien que viaja por vez primera a Pakistán, la religión es un elemento muy importante a tener en cuenta. Es el eje central de la creación del Estado, una patria para los musulmanes, consagrada al Islam. En este sentido, Pohly apuntó: “Hay que tener cuidado de cómo se expresa uno en torno a la religión. No he visto en ningún país, salvo en Pakistán, gente rezando en la carretera porque la mezquita estaba llena. En Irán, por ejemplo, eso no existe”. El Islam y su traslación a la vida política acaba dibujando un papel difícil para la mujer, lo que conduce a ciertas paradojas, según el profesor alemán: “En Pakistán la contradicción es que hay muchas mujeres bien formadas intelectualmente pero pocos trabajos para ellas”.
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Comicios convulsos
El próximo 18 de febrero tendrán lugar las elecciones parlamentarias tras haber sido pospuesta la fecha inicial con la interrupción de la campaña electoral por el asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto el pasado 27 de diciembre. Desde entonces se han sucedido varios ataques terroristas y momentos de cierta convulsión. A Pakistán vinieron también investigadores de la policía británica Scotland Yard para esclarecer las causas del atentado. De momento, no se han podido extraer conclusiones definitivas. La esperanza de poder celebrar unos comicios transparentes y justos que agilicen el proceso democrático en el país ha sido cercenada. Aún así, Musharraf ha reiterado en diversas ocasiones su voluntad de que así sea, escudándose en la presencia de numerosos observadores internacionales. A este respecto, Pohly considera que “la democracia, de la manera que en Occidente la entendemos, no va a darse nunca en Pakistán”. Un juicio categórico que el periodista que escribe estas líneas no comparte en absoluto y espera desterrar en un futuro, aunque éste no sea próximo. Los meses venideros marcarán sin lugar a dudas gran parte del porvenir de Pakistán. Igortxu confía y desea que se produzcan avances positivos.
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Sin discurso sobre su historia
No ha sido éste el único encuentro que Igor ha mantenido esta semana. El miércoles en la Fundación para Ciencia y Política de Berlín, el periodista tuvo la ocasión de conocer a uno de los politólogos de mayor renombre en Alemania en el campo de Asia meridional, Christian Wagner. Desde hace más de tres décadas sigue Wagner la evolución de la región y en los próximos meses volverá a desplazarse a Pakistán.
En un tono claramente más optimista que el de Pohly, el politólogo germano aseguró que en Pakistán “no hay falta de análisis”. “Se conocen de sobra los problemas pero no se sabe cómo resolverlos”, dijo.
Asimismo añadió que “resulta difícil comenzar nuevas discusiones”. Según Wagner éstas “son siempre las mismas” y giran además continuamente en torno a “preguntas muy estratégicas”, con el agravante de que “el país no tiene un discurso claro sobre su propia historia”.
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Temas tabú
No obstante, el politólogo apuntó que eso no viene fundamentado en un aletargamiento de la sociedad paquistaní. Todo lo contrario. Wagner cree que “la sociedad civil paquistaní está muy viva”. Aunque eso sí, “no salen nuevos partidos que consigan introducirse en las estructuras”. Es conocido que en varios países asiáticos la política y las formaciones que la desarrollan están muy relacionados con clanes familiares. En este sentido, quiso abundar en dos grandes temas que, según su opinión, son considerados tabúes en Pakistán: “las familias y las castas”. Respecto al primero, Wagner señaló que éstas comprenden “una estructura muy grande que cuenta a menudo con extensiones por todo el territorio”. En cuanto a las castas, el experto dijo que sobre ellas “no se habla con normalidad”. “Es una herencia hindú. En el Islam esto no se contempla”, apuntó. De todas maneras, sin obviar las exclusivas características que se pueden atribuir a las gentes de Pakistán, Wagner concluyó que “uno se encuentra a todas luces ante una misma civilización” [en referencia a la India]. Tal es así que alguien que haya estado en la India, como en el caso del aquí firmante, no se va a sentir muy extraño en un lugar como el Punjab. Esta región oriental viene a significar aproximadamente la mitad de la población del país. “Y mucho menos un informador y una persona abierta como tú”, apuntó Wagner, quien remató: “Eso sí, tendrás que tener amplitud de miras y abrirte a las costumbres de tu sociedad de destino. Si lo haces, apreciarán tus esfuerzos”. No cabe duda, que Igortxu tiene muchas ganas de entender a los pakis.

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