sábado, enero 26, 2008

El gorrión

El violín suena agudo y me coge el corazón.
Miro por la ventana y veo caer la noche plana. Pero me imagino el día. Colores incesantes y gentes revueltas.
El salón es muy grande y permite mis movimientos emocionados. Me salgo de mi cuerpo porque me hace cosquillas. Son las cosquillas que me persiguen desde hace dos semanas.
Quiero acercarme ya al horizonte. No como un águila, sino como un gorrioncillo.

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