Dublin es gris
Mi vuelta a las islas verdes ha sido mas bien gris. Despues de dos semanas de melancolia centroeuropea, visitando a viejas caras conocidas y recorriendo lugares que en su dia fueron rutina me embarque en mi cuarta aventura hacia territorios anglosajones. Irlanda era desde hacia un tiempo un destino demasiado apetecible. De momento no he salido de dublin, que es como un pozo de arenas movedizas. Llevo dias chupando asfalto y haciendo piernas. Esta complicado encontrar trabajo, aunque creo haber tenido suerte. A lo mejor el lunes o el martes ya estoy sirviendo pasta en un restaurante de lo italiano.
Esta ciudad es casi imposible. Alguien creyo que lo del fontanero polaco era broma, que se lo digan a los paisanos de james joyce. Espanyoles, italianos e incluso franceses hay por doquier, pero la mayor parte de ellos estan dejando pasta en el pais de la guiness, haciendo los cursos de english y no son mas que teenagers con movil, granos y ganas de fiesta. Los polacos se han visto en europa y han escapado de los trabajos a un euro de brezlau y danzig. Vienen en tropa, aun sin saber ingles. Han saturado el mercado. Incluso los anuncios de trabajo estan a menudo en su idioma y las paginas web de los call centers, tienen bares a su patria donde se reunen primero los oteadores y luego los afortunados. Son un pueblo muy trabajador, que suda las pequenyas conquistas. Karin y yo vivimos con una pareja que se alimenta de una especie de pate, pan bimbo y te. Su esfuerzo les cuesta estar aqui. Muchos de ellos se han tenido que volver con los bolsillos vacios, otros han saltado de isla.
Dublin no gusta. No tiene un encanto especial, es mas bien gris y anodina. La noche la hace menos fea porque esta callada y no se ve su suciedad. Solo se ve el rojo intenso de los pubs y una perfecta silueta de ciudad misteriosa gracias a una adecuada iluminacion. En irlanda son mas britanicos de lo que se piensan. Son el hermano pequenyo que vive a la sombra de un imperio extinto. Son tan o mas caros que ellos, tienen su prensa por doble y consumen sus productos y muchas de sus costumbres, pero no la religion. No obstante, tienen sus propios destellos, y no pocos, que se tienen que buscar mayoritariamente fuera de las grandes urbes.
El gris ha sido solo el comienzo. En cierta medida me lo esperaba. Pero las cosas van a mejor, nos dejamos llevar por el suave movimiento de la guiness. Lento pero contundente.
1 comentarios:
Epa Igor saludos de la aun más grisacea ciudad de los palacios, me complace encontrarte en este jocoso experimento de vouyerismo virtual. Esperemos que otros conocidos se integren al jocoso acontecer del ciberespacio.
Creo que sabes bien que las ciudades necesitan tiempo para dejarse encontrar, otorgale ese privilegio a Dublin y sigue escribiendo tu acontecer para mostrarla tal como lo hiciste con el andar germano.
Un abrazo grande y mexicano
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