jueves, julio 28, 2005

La dulce melodia de la Guinness

El paladar irlandes esta acostumbrado a su sabor tostado, un cafe denso con forma de cerveza. La Guinness es la excusa para salir a buscar un poco de crack o craic a los excelentes irish pubs. Es lo mejor que tiene el pais y lo que mas han sabido exportar. La cultura del pub, como centro de reunion con ilimitados fines, se forja aqui desde el bautismo. Las caprichosas condiciones metereologicas reducen demasiado el abanico.
En los pubs dublineses te quitas la chaqueta gris de la ciudad para envolverte de un agradable calor. Un escenario ideal, una decoracion siempre exquisita. No he tenido todavia la oportunidad de decepcionarme. La tradicion y la belleza van de la mano en un ambiente animado la mayoria de las veces por la musica live. La cultura del pub va indiscutiblemente ligada a la musica en directo y las mentes se relajan, se quedan absortas al sonido de la armonica o del violin. Las Guinness circulan a tropel, los veinte canyones echan su espuma beige.
Cuando las pintas todavia se recuerdan el caracter del irlandes es mas unico que nunca. Esto es el crack, un rato de diversion en un lugar de encuentro. Pero el irlandes sabe beber tanto como el britanico y tiene que hacerlo rapido porque a las dos le cierran el barril. Las curvas cristalinas se amontonan en las mesas, se abandonan a menudo por la mitad, con lo que cuestan! Nuestro amigo no sabe ya donde la dejo por ultima vez.

viernes, julio 22, 2005

Dublin es gris


Mi vuelta a las islas verdes ha sido mas bien gris. Despues de dos semanas de melancolia centroeuropea, visitando a viejas caras conocidas y recorriendo lugares que en su dia fueron rutina me embarque en mi cuarta aventura hacia territorios anglosajones. Irlanda era desde hacia un tiempo un destino demasiado apetecible. De momento no he salido de dublin, que es como un pozo de arenas movedizas. Llevo dias chupando asfalto y haciendo piernas. Esta complicado encontrar trabajo, aunque creo haber tenido suerte. A lo mejor el lunes o el martes ya estoy sirviendo pasta en un restaurante de lo italiano.

Esta ciudad es casi imposible. Alguien creyo que lo del fontanero polaco era broma, que se lo digan a los paisanos de james joyce. Espanyoles, italianos e incluso franceses hay por doquier, pero la mayor parte de ellos estan dejando pasta en el pais de la guiness, haciendo los cursos de english y no son mas que teenagers con movil, granos y ganas de fiesta. Los polacos se han visto en europa y han escapado de los trabajos a un euro de brezlau y danzig. Vienen en tropa, aun sin saber ingles. Han saturado el mercado. Incluso los anuncios de trabajo estan a menudo en su idioma y las paginas web de los call centers, tienen bares a su patria donde se reunen primero los oteadores y luego los afortunados. Son un pueblo muy trabajador, que suda las pequenyas conquistas. Karin y yo vivimos con una pareja que se alimenta de una especie de pate, pan bimbo y te. Su esfuerzo les cuesta estar aqui. Muchos de ellos se han tenido que volver con los bolsillos vacios, otros han saltado de isla.

Dublin no gusta. No tiene un encanto especial, es mas bien gris y anodina. La noche la hace menos fea porque esta callada y no se ve su suciedad. Solo se ve el rojo intenso de los pubs y una perfecta silueta de ciudad misteriosa gracias a una adecuada iluminacion. En irlanda son mas britanicos de lo que se piensan. Son el hermano pequenyo que vive a la sombra de un imperio extinto. Son tan o mas caros que ellos, tienen su prensa por doble y consumen sus productos y muchas de sus costumbres, pero no la religion. No obstante, tienen sus propios destellos, y no pocos, que se tienen que buscar mayoritariamente fuera de las grandes urbes.

El gris ha sido solo el comienzo. En cierta medida me lo esperaba. Pero las cosas van a mejor, nos dejamos llevar por el suave movimiento de la guiness. Lento pero contundente.

domingo, julio 17, 2005

ONGI ETORRI

This is my personal blog and I would like to invite you to know me better...